Los factores de bloqueo en el aprendizaje de un idioma

«Los franceses son realmente malos en inglés» (Slate, 20/02/2012); «¿Por qué los franceses son tan malos en lenguas extranjeras?» (BFMTV, 27/09/2017)… Cuando se trata de criticar el nivel de idioma, el French bashing va a toda marcha. Consecuencia de un conjunto de factores deficientes o causa de un malestar profundo, la convicción que tenemos respecto a nosotros mismos y nuestros homólogos en cuanto a nuestro dominio de las lenguas extranjeras está profundamente arraigada en las creencias populares. Incluso se ha convertido en un mito. En la empresa, este mal de las lenguas se traduce en frustraciones y bloqueos que van mucho más allá del dominio lingüístico. En las reuniones, los profesionales competentes se eclipsan, las negociaciones no llegan a buen término y la incomodidad se instala durante las entrevistas anuales en las que los individuos confiesan ser «poco dotados», pensando que es demasiado tarde para aprender. ¿De dónde provienen los factores de bloqueo en el aprendizaje de un idioma? ¿Es posible superarlos?

Entre la necesidad de las empresas y la realidad del terreno

El informe de investigación del Céreq publicado en 2016, titulado «Análisis de las necesidades de los empleadores franceses con respecto a las competencias en lenguas extranjeras[1]» pone de relieve los beneficios relacionados con el aprendizaje de lenguas extranjeras. La práctica de un idioma simboliza la apertura al mundo, el esfuerzo de querer comunicarse y se inscribe como una condición necesaria para la empleabilidad de los individuos a título personal, así como para el futuro de las empresas globales. Según el Céreq, el 67% de los reclutadores favorecen a los candidatos con un perfil lingüístico, a través de todas las disciplinas de la empresa. En la realidad, las competencias lingüísticas tienen peso, en la medida en que un directivo que domina uno o varios idiomas extranjeros es remunerado con 447 euros más al mes.

La accesibilidad internacional de las empresas pasa por el nivel de competencias en lenguas extranjeras de sus colaboradores. Siempre sobre la base de las cifras del informe del Céreq, el 70% de las empresas admiten que las competencias lingüísticas de sus empleados constituyen una verdadera ventaja de apertura internacional. Estas competencias también actúan positivamente sobre la imagen de la empresa en su conjunto y valorizan su marca empleadora.

Un vistazo a las cifras nos permite darnos cuenta de la evidencia: la clasificación de EF Education First posiciona a los franceses en el puesto 32 de 80 (antepenúltimo país europeo) en cuanto al dominio del inglés. A la cabeza del pelotón, los Países Bajos, seguidos por Suecia, Dinamarca y Noruega.

Si todo el mundo está de acuerdo en que el dominio de las lenguas extranjeras tiene un impacto directo en la apertura de las empresas al ámbito internacional, es pertinente plantearse la siguiente pregunta: ¿a qué se debe la brecha entre una situación ideal para las empresas –y por tanto para la economía francesa en su globalidad– y la aptitud de los empleados para hablar con fluidez una lengua extranjera?

¿Son fundados los puntos de bloqueo?

Como adultos, hemos sido condicionados por los métodos de aprendizaje de idiomas en la escuela, basados en reglas a aprender y expresión escrita sin faltas. En cambio, muy poca expresión oral, muy pocas «small talks» que sin embargo son esenciales a nivel profesional. En la empresa, estos sesgos de aprendizaje se traducen en adultos reacios a lanzarse y hablar en lengua extranjera, poco acostumbrados a conversar, etc. Más aún: los individuos se creen «poco dotados» y piensan que han alcanzado una edad en la que ya no es posible aprender.

Entre los factores de bloqueo en el aprendizaje de una lengua extranjera en el adulto:

  • El miedo a cometer errores, herencia de un sistema educativo criticado por Till Gins, director de OISE (Oxford Intensive School of English), que califica de «a menudo demasiado rígido, donde la reflexión es reina y la falta es clavada en la picota».
  • La falta de motivación, esencialmente debida al hecho de que el aprendizaje de idiomas y de competencias transversales de manera general tocan dominios con poco interés a los ojos de los aprendices. En la empresa, el aprendizaje de idiomas se hace muy a menudo sobre temas desconectados de los oficios de los aprendices, sobre dominios que sólo les conciernen de lejos y así es vivido como un calvario.
  • La falta de tiempo, ligada a la rigidez de los antiguos cursos presenciales obligatorios para los cuales había que hacerse disponible.
  • El pensamiento de que el objetivo a alcanzar es demasiado ambicioso, tocando de cerca la motivación y la autoestima de los individuos.
  • La inaptitud y la falta de ganas de recorrer un camino trazado, considerado como «escolar», jalonado de etapas a franquear y de módulos impuestos.

Si, ante el aprendizaje de una lengua extranjera, los bloqueos de los individuos son inherentes o provienen de elementos más o menos objetivos, la causa no está perdida. 7Speaking aporta soluciones que se presentan como verdaderos remedios a los males de las empresas:

  • Suscitar el interés y el entusiasmo de los aprendices, por medio de una plataforma automotivante, integrando talleres a medida, únicamente basados en sus centros de interés y su oficio;
  • Reducir la brecha entre el aprendizaje del idioma y la práctica de una actividad profesional, gracias a numerosos talleres de 7Speaking: lecciones de actualidad sobre un sector de actividad preciso, un módulo de Eclil que permite aprender inglés al mismo tiempo que una competencia profesional;
  • Hacer el objetivo a alcanzar realizable gracias a una plataforma Digital Learning 4 veces más eficaz que el aprendizaje tradicional, con la integración de las ciencias cognitivas vía el 70/20/10 notablemente;
  • Proponer una inmersión lingüística en la cual el aprendiz practica libremente lo que desea cotidianamente, sin imponer etapas obligatorias;
  • Responder al problema de la falta de tiempo, gracias a una plataforma disponible en cualquier momento y en cualquier lugar, gracias a la aplicación móvil (Mobile Learning).

A notar: «Finalmente sólo se necesitan 10 nombres, 10 verbos y 10 adjetivos para llegar a hacer 1000 frases». Esta realidad, presentada por 7Speaking, tiene por objetivo simplificar y sobre todo, desmitificar el aprendizaje de una lengua extranjera.

[1] http://pmb.cereq.fr/doc_num.php?explnum_id=3030